domingo, 9 de agosto de 2009

Ensayo: Cambios y permanencias de los procesos de identidad y su relación con el desarrollo humano y ambiental

Este ensayo pretende, de una manera clara y sucinta, aproximarse a los procesos de identidad que influyen en las transformaciones de las mayorías de las comunidades en su relación con el desarrollo humano y ambiental.

Es un acercamiento a esas precisiones que entretejen y entremecen a nuestras comunidades rurales y urbanas en sus arraigos, en sus sentidos de pertenencia y referencia y a numerosas identidades universales en las que cada individuo es un corte de rasgos culturales, dialectos, costumbres, mitos, historias familiares, recuerdos históricos o, incluso, preferencias culinarias, y entre otras acá no mencionadas

Su relativa importancia radica principalmente en la necesidad de comprender que el desarrollo de las comunidades no tiene una definición clara sobre sus reales necesidades ya que se ha truncado el camino para cultivar y dar fruto a procesos de reconocimiento individual y colectivo propios y autóctonos y que se han visto abarcadas por mezclas entre identidades impuestas, de muy poca fluidez y con referentes aún más provenientes del exterior que desde la propiedad y la intimidad.

Cuando el ser humano comienza a preguntarse sobre su identidad, empieza realmente a definir procesos de desarrollo y a comprender los diferentes lazos y tejidos que se entretejen entre su colectividad, su humanidad y el ambiente circundante y natural que lo rodea. Por ello el hablar de identidad no es temática que debe ser ignorada por el temor que nos causa o por los condicionamientos que nuestra contemporaneidad establece, sino antes debe ser, un argumento con sentido de reencuentro consigo mismo y con las comunidades para pensar un poco en el desarrollo y en el medio ambiente, aquello que nos rodea, y que es una obligación inaplazable el aprovecharlo y el conservarlo.


¿Quién soy? ¿Quiénes somos?

Son preguntas que indagan por “la identidad” de los sujetos
de los grupos sociales, desde el género y lo generacional,
desde lo singular y lo colectivo.
Su dificultad para responder, radica en que no siempre somos los mismos,
porque hay cambios que nos afectan y es por eso que la pregunta
hay que hacerla permanentemente, porque
“La identidad humana, es como ese ser íntimo,
pues esta hecha de muchas cosas:
De un nombre, de un cuerpo y de la forma de vivirlo y de sentirlo,
De una cara que puede ser muchas caras,
de la mirada que tenemos sobre nosotros mismos,
y de la forma en que suponemos que otros nos miran,
De cambios, de lo que permanece, de los recuerdos
y de olvidos que silenciosamente siguen actuando,
De fragilidades y fortalezas, así como del reconocimiento
que hacemos de los seres queridos y del que estos hacen de nosotros,
De malos entendidos, y en fin de una problemática existencial
que es producto de la complejidad.
Milán Kundera
Texto con adaptaciones
Documento diagnóstico – Estrategia Municipios y Escuelas Saludables
DSSA – Universidad de Antioquia, 2004

Cuando estuve trabajando con la Universidad de Antioquia en la Estrategia Municipios Saludables, me llamaba mucho la atención este pequeño párrafo de Milan Kundera y que abogado por nuestras compañeras, mentes brillantes y sensibles hacia el desarrollo humano, argumentaban sólidamente sobre la necesidad imperiosa y fundamental de principiar, cuando se habla de necesidades, satisfactores, libertades y humanismo, con la identidad, como base principal para comenzar a dar respuestas claras a procesos de mejora en las condiciones de vida, sin imposiciones, sin premisas, desde la infancia y como lo dice el párrafo, en permanencia durante toda la vida.

Yo estoy completamente acorde con esta afirmación y defiendo estas posturas claramente no solo por mi participación en estos proyectos, sino porque, abren el abanico de posibilidades que cualesquier ser humano posee para mejorar su vida, que en estos tiempos ha sido agotada y articulada con estereotipos que no ratifican las condiciones del ser bajo su situación ontológica, sino más bien desde un punto de vista más material, acumulativo y ambicioso.

Y es que los procesos de identidad se amarran precisamente con el desarrollo humano y con lo ambiental reconociendo este último como centro morador, de interactuación natural y de donde provienen los recursos para la sostenibilidad de las personas. ¿Cómo puede ser entonces, que el ser humano deje a un lado esta premisa tan importante para fortalecer o iniciar procesos de cambio y de adaptación con lo ecológico para la conservación del mundo?

Retomemos entonces algo: La identidad puede ser algo íntimo, es la respuesta a la pregunta sobre nuestra individualidad. Es el reconocimiento de nuestras necesidades, sobre nuestra posición en el mundo, sobre nuestro cuerpo, y como dice Kundera, está hecha de muchas cosas. Dificulta, claro está, dar respuesta a la pregunta por el ser, ya que desde lo existencial se pueden crear conflictos con base en la complejidad del ser humano y también existen los temores por las exclusiones sometidas y atañidas en las sociedades humanas. Responde también a la dificultad de dar un sentido al propio presente y de no romper con el pasado porque desde allí es donde le damos naturaleza a nuestras actuaciones.

Pero este enfoque no puede ir ausente del reconocimiento del colectivo, de lo comunitario, del otro y los otros. En el documento Cultura e Identidades de Gilberto Giménez encontré el siguiente aparte: “… la identidad se trata de un concepto imprescindible en las ciencias sociales por la sencilla razón de que constituye un elemento vital de la vida social, hasta el punto de que sin ella sería inconcebible la interacción social que supone la percepción de la identidad de los actores y del sentido de su acción. Lo cual quiere decir que sin identidad simplemente no habría sociedad”.

El auto reconocimiento personal y el saber que se hace parte de una comunidad y una sociedad revitalizan precisamente las concepciones y las preguntas fundamentales del ser. Cuando se pregunta “quién soy” y “quiénes somos” no solo se lleva a una determinación existencial sino también al reconocimiento de necesidades humanas. Y es notorio: si me pregunto quién soy también me pregunto por como hago para sobrevivir?, como me protejo de las adversidades?, como me relaciono con los demás?, que cosas debo aprender para vivir?, como hago alarde de mis vivencias y mis conocimientos?, como me divierto?, como vivo libremente?, entre otras, y son preguntas axiológicas que responden a una existencia y a necesidades colectivas de cómo vivir realmente y alcanzar metas de satisfacción. Alcanzar plenitudes y desarrollos completos identitarios y comunes a la sociedad donde se vive. Llevar estas preguntas a descubrir realmente lazos fraternales de crecimiento y de humanismo en pro de ser adecuados a cada condición humana.

Al descubrir estas preguntas y al responderlas nos vemos en la necesidad de tocar lo material y saber que existe una esfera amplia y llena de vida. Un nicho, un hábitat en donde me y nos desenvolvemos, interactuamos y desarrollamos nuestras capacidades. Es precisamente el entorno que se observa cuando nos damos cuenta de nuestras existencias y de nuestras necesidades de sobrevivir y que ese YO y ese NOSOTROS necesita de ese VINCULO total y preciso hacia el MEDIO AMBIENTE para la satisfacción de las necesidades básicas.

Ese medio Ambiente (que se premisa sano), es Vital para el Desarrollo Humano. Un ambiente destruido no es un hábitat. Y es un referente del desarrollo. El medio ambiente es la esfera de la vida y es el espacio donde todas las preguntas que existencial y axiológicamente se desenvuelven, nacen y crecen, se elaboran y toman acción.

Es el medio ambiente nuestro nicho… es el medio ambiente donde las colectividades hacen o deshacen frente a las necesidades. Tenemos la libertad de la opción por descubrir finalmente lo que queremos hacer con todo aquello que nos rodea y tenemos la libertad de conservarlo para que esas necesidades y la satisfacción de las mismas nunca dejen de tener este nicho y esta seguridad de un ambiente saludable.

Como conclusión radico principalmente estos tres ejes del proceso de identidad básicos para desarrollar una comprensión sobre el desarrollo humano y su relación con el ambiente.

Desarrollar las capacidades individuales a partir del autoreconocimiento.
Descifrarnos como seres colectivos a partir de ese proceso individual de identidad.
Entender que el desarrollo humano se liga a partir de la comprensión del individuo – colectivo en sus necesidades desde las preguntas esenciales y de su interrogativa axiológica.
Descifrar que este campo de necesidades está amparado y aferrado a un mundo material – natural – recursivo, donde las personas y las sociedades deben entender su necesidad de cuidado y conservación desde el punto de vista de los lazos del ser humano con la diversidad del mundo.

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